Feliz día de la Poesía

EL CABALLERO TIEMPO
 
Dicen que el tiempo es un justo consejero,
dicen que las guerras no se ganan en un día,
que el amor no se fragua con las prisas.

Dicen que la vida hay que vivirla para contarla,
lema de una autobiografía entrañable y solitaria...
Todo lleva su tiempo, dedicación, pasión y sentimiento.

Ponernos en barbecho, ganar tiempo,
aprender de ello sin resentimiento.
¡Ay, Caballero Señor Tiempo!
Nos enseñas tanto, maestro eterno,
dulce aliento de la historia,
yo aprendiz de tus proverbios.

EXISTENCIA

Lucha, no te pares, no te rindas,
coge aliento, suéltalo en tu pelea,
recuerda tu alimento:
familia, amigos, recuerdos,
tú, necesidad básica de tu existencia.

Rompe cuerdas,
supera tus naufragios,
ese mar tempestuoso, amánsalo
y divísalo en calma chicha.

Tu voz y tus manos
al unísono,
la actitud hermosa
que tu alma impregna,
embadúrnate con ella,
protección implacable
y un corazón heroico
que te acompaña en tu leyenda.

ENTRAÑAS

De mis entrañas naciste, querida mía,

de tu pelo, los rayos azules, 

de tu risa, la aurora que contemplo, 

esa nana cuando callas, 

el despertar de tu silencio,

la calma de tus muecas,

puro proceso, tu universo, 

que cuido, con el más dulce de mis besos.

Para alcanzar el cielo, 

tu emoción y lágrimas,

para tocarlo, 

tu terciopelo y tu mirada.

Vida mía,

das sentido a este mañana,

sueño intangible

a la espera de tu huella, de tus ansias.

Reposa en mi regazo,

coge fuerzas, 

flor nacida, 

lucero latente,

estrella de mis días.

(A ti, amiga)

Sentir que te vas,

sentir, cielo mío,

quisiera tu calor,

antes que llegue el frío,

el frío.

Tu humor deja huella,

tu bondad no será olvido.

Te vas, descansa...

Tu vida, retrato lindo,

sufrida, en ocasiones,

sentida, cuando nacimos.

Descansa, mi cielo, descansa.

No te olvido, cariño mío.

                                                                                                              (A ti, abuela)

GAVIOTA HERIDA

Querida gaviota, 

no vueles herida,

alza tus alas y aplaca tu ira,

disfruta del vuelo, aprecia la vista,

la vida no es fácil, engaña y tima;
las ráfagas de luz, sabor y alegría, 

las endulza con risa, amor, nuevas vidas.

Querida gaviota,

levanta tu vuelo, muestra tu sonrisa,

camina despacio, saborea tu dicha, 

aprecia el momento, desecha la prisa, 

hay días azules y huellas sentidas.


(A RICHARD BACH)

ALMA ISLEÑA

Alma errante

que vive entre riscos y laurisilva,

entre incienso y manzanilla,

con un aroma a hierbabuena y retamilla.

Alma errante

que reconoce el mar de nubes

en el que sentía:

olores frescos a madreselva,

un corazón volcánico que hace de guía,

un valle latente de maravillas,

una pasión isleña de compañía.

EL VERDE INMORTAL

El verde inmortal me asedia,

verde que atrapa y cautiva,                                                            

enciende el alma, aprisionándola,

la vigila, la transforma,

llevándola al olvido absoluto.

El verde insípido apenas

se ve, va cauteloso,

silencioso, traicionero.

 

En su apogeo, iracundo,

ríe sin pudor,

acecha a la presa

y con ojos nubladores,

esta cae sin respuesta alguna.

El sueño ha puesto en los labios,

la miel al moribundo.